4.2.10

Ejercicio para taller de creación literaria; opción primera. Carlos Talancón.

Conque mi sospecha sí era cierta y el guisado ese que preparaste sí me durmió y me hizo parecer bien muerto, ¿verdad? Y mientras yo babeaba entresueños llegó el otro, (puedo imaginarlo con lucidez), se inventaron algún infarto, lograron librar los trámites y me trajeron a hornearme, ¿o miento? Ni siquiera tuviste el decoro de matarme de a de veras y me dejaste vivir con plena conciencia las mordeduras del fuego, ¿verdad? Y ahora mientras observas la caja hundiéndose seguro que tú, allá arriba, simulas llorar sobre el hombro de aquel imbécil mientras las manos se tocan con discreción, con leves roces que prometen un futuro sin aquel estorbo que ahora tienen bajo sus pies… bien dicen que los deseos son fuego, puedo sentirlo, ahora más que nunca el deseo de imaginar y de tenerte junto, abrazados mientras entramos por las puertas del infierno.

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