11.1.10

Epitafio (Laureano Debat)

Permanecen aquí los restos de un hombre que, en caso de haber recibido una hipotética autopsia psiquiátrica, le hubieran diagnosticado muerte por depresión derivada de una inseguridad de estilo. Un pobre sujeto de Letras que comenzó escribiendo los más barrocos, floridos y enrevesados versos, a los que no les supo colocar el debido y sosegado freno, mucho menos cuando sucumbió a la tentación de una cierta épica revolucionaria de pueblos heroicos, tan homogéneamente conscientes de sus destinos de rotas cadenas y tan sabios como para forjar con férrea convicción sociedades igualitarias.
En definitiva, un iluso y fracasado escritor que, de todas maneras, en un momento dado decidió que todo era relativo y empezó a probar con subordinadas para muy pronto agotarse, porque el mareo era inevitable, no conseguía releerse sin hastiarse; se trataba de un aburrimiento que no podía dominar, aunque pusiera su más obsesivo esfuerzo; un hartazgo que lo llevó al otro extremo, a tratar de lograr la palabra precisa, elocuente, implacable, una búsqueda obsesiva en la diáspora alfabética que también dejó atrás para, luego, cifrar historias ocultas en juergas nocturnas de jóvenes con revólveres en la cintura y miradas vidriosas.
Posteando links e inventando tags transcurrieron los últimos estertores de una insegura existencia que Google irá abandonando cada vez más al fondo de sus opciones de búsqueda. Hasta que ya no quede nada, sólo su única manifestación provista de genuina estética: yacer sin vida, indefinida e inconclusamente, bajo una placa de mármol.

6 comments:

  1. Creo que podemos instaurar como norma la identificación de los autores de los comentarios, ¿no? Para saber con quien hablamos, digo.

    C.Chacón

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  2. Buuuuhhhh (abucheos al primer comment).

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  3. A mi me gusta :-)
    es muy largo y enrevesado, pero en mi opinión, está muy bien escrito

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  4. Anonymous12:18 AM

    A mi me parece genial el epitafio. está escrito con la misma pulcritud que tiene mi abuela tejiendo la lana. Maestría la tuya Laureano, si escribieses eso en tu nicho de muerte. Yo, como iría a verte a tí al cementerio, y no a otra persona, lo leería, lo volvería a leer, y lo copiaría en una servilleta para no olvidarlo. No pasaría a leer la siguiente tumba ni muerto. Ya nos corrigieron los textos en vida, así que una vez muertos que no se nos caguen encima. Por último, y no me refiero a nadie en concreto al decir esto, no hay textos difíciles, sino lectores perezosos.Bravo Laureano.(delfín)

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  5. Como diría Wolframio Caballero, un crítico de escuela, especializado en despedidas al más allá: "Esta inscripción sepulcral pertenece al subgénero del epitafio de largo aliento. Esos que superan cualquier marca y van allende de donde se les espera. Además de este, también los hay de corta vida, esos que mueren jóvenes; de cortas palabras, aquí extenderse es redundar; de cortas sílabas, no dicen ni mú; de cortos versos, o poesía enana. En fin, queridos muertos, que en esto del epitafio no hay límites, solo el difunto mismo sabrá cuántos caracteres mide su propia eternidad".
    Saludos desde el más allá, que no es otra cosa sino el más acá.

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  6. Anonymous11:00 AM

    "cifrar historias ocultas en juergas nocturnas de jóvenes con pistolas en la cintura y miradas vidriosas"...muy muy bueno! (Toni)

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